René Cárdenas Andrade

René Cárdenas Andrade ha sido reportero y editor desde hace 30 años, los 25 recientes, en El Diario de Sonora, en Nogales, Sonora

La humanidad no parece haber avanzado mucho en el rubro de conducirse con decoro por uno mismo en algo así de siete millones de años, según algunos. Otros afirman que es desde Adán y Eva y así se puede usted ir en alegatas según sus creencias. La verdad es que no importa.


Desde que el ser humano inventó la religión, o la descubrió según sea su creencia, ha buscado evadir su responsabilidad y cederle la iniciativa a ese ser, esa deidad, ese ser celestial que vendrá a resolverlo todo, porque todo lo puede, todo lo mira y todo lo sabe y al que no hay que explicarle lo que uno quiere y necesita ya que incluso Él mismo ya está enterado.
El mismo padre del comunismo (o al menos así considerado) el alemán Karl Marx (1818-1883), lo hizo inmortal en su frase ‘la religión es el opio del pueblo’
Países comunistas se agarraron de ahí para prohibirla en su totalidad. La religión que sea, no me pregunte cual…la que sea.

Adolf Hitler durante una concentración en la Alemania Nazi.


Tiene sus pros y sus contras, pero sin duda lo que no tiene puntos a favor, es cuando se diviniza ya no a una deidad, si no a un ser humano, imperfecto, mortal y susceptible a enfermarse como cualquier semejante. Y es que muchas veces el líder, antes que mostrar debilidades, las oculta y nada más importante que parecer fuerte ante sus seguidores. Supermán pues.


A lo largo de la historia, los pueblos los han tenido, han visto seres de luz en líderes que aspiran a un cargo público. A quienes esperan acceder al erario mediante las promesas de ofrecer mejores condiciones de vida. Pero se ha repetido innumerables veces… es el rey y sus cercanos los que primero se benefician.

Karl Marx, considerado el padre del comunismo.
La adulación al gobernante ahora se da desde las redes sociales.


En México, y me imagino que en la mayor parte del planeta, aspirar a un cargo de mando público es por dos razones, mejorar las condiciones de vida propia de allegados, o simple vanidad.
El rey y su corte, el mismo el que ahora, debido a este invento del internet y las redes sociales, ya no es necesario rendirle pleitesía en su palacio, No se requiere hacer fila para ir a besarle la mano.
Sólo lanza uno un ‘tuit’ donde etiquete al gobernante (que en muchas ocasiones se vuelve experto en absolutamemte todo) para ser del agrado y esperar a recibir lo que cae de la canasta de quienes están más arriba.


¿Es inmoral inclinarse ante el emperador y a cambio recibir los fondos que provean una mejor calidad de vida? No lo sé, depende cada quien como vea la moral y por más divino que se crea el gobernante, ni él es capaz de definirla con certeza.

Necesitados de voces
Ha quedado claro que las desigualdades sociales en este mundo nuestro han causado que las multitudes se inclinen ante alguien que prometa tener la varita mágica. Que se le dé el poder a quienes luego no lo quieren soltar, esta América Latina es un ejemplo claro, de que los efectos del colonialismo siguen vivos y ha llevado a sus habitantes a cegarse y elegir a quienes, lo primero que hacen, es beneficiarse a sí mismos y a sus allegados.
No es raro.

El fallecido líder cubano Fidel Castro junto a uno de sus alumnos más adelantados, el también fallecido Hugo Chávez, de Venezuela.


El líder ha resulto que su palabra debe ser escuchado, no por él, si no porque es su manera de educar al pueblo. Aparece en mitines, habla ante multitudes, unos acarreados otros emocionados por al menos respirar la misma brisa de aire que él… sí, a estas altura de la humanidad, aún requieren una figura celestial en la Tierra, que los salve del opresor y que nunca de los nuncas, se equivoca.
¿Hablar de ‘somos el pueblo’ o ‘somos la voz de dios’? pues es bastante ambiguo y perdone la expresión pero, de veras, no mame.

‘El pueblo quiere’ está basado en las elecciones que le dieron la preferencia, pero la verdad es que… ¿quién es dueño y propietario de ‘la voz del pueblo’? Si dijo ‘nadie’ usted creo que tiene razón.

Flavio Bolsonaro, hijo del ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha revelado sus aspiraciones políticas.


Pero al menos para mi, lo más increíble es el ser humano. Un ente imperfecto, con pifias y aciertos, pero que comete el error de cegarse y creer sin ninguna clase de objeción las palabras de un líder… es esa idea de que ‘él quiere mejorar nuestra vida’ La verdad, lo dudo mucho, no tengo pruebas, pero lo dudo en extremo.
Comentarios: recardenas@hotmail.com
Twitter: @RCATimes

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