Ávidos de heroes

Lionel Messi llegó a París. Menos de 48 horas después de romper en llanto ante los medios y de aparecer como la terrible víctima del club Barcelona que ‘ya lo usó 17 años y ahora lo desecha como a un hoja de papel de baño’

Seguro millones de sus seguidores lo pensaron… ‘maldito club usurero, deja ir a nuestra estrella’ Según la revista Forbes, el jugador agentino acumula una fortuna de algo de así de 400 millones de dólares, así que creo que hay escasas razones para llorar.

Como reportero de deportes siempre me ha llamado la atención de cómo los colegas se vuelven románticos y parecen dejar de lado los renglones económicos, que, a fin de cuentas es lo que la enorme mayoría de jóvenes atletas buscan para resolver su vida y la de sus familias. Sumamente válido.

¿Amor a la camiseta? Claro que lo hay, pero por todos los dioses, tiene un límite. Y es que a nadie se le puede culpar de buscar cómo arrastrar más billetes a su casa…ni siquiera a Messi, quien firmó dos años con el París St Germain y las malas lenguas dicen que sus fans le van a pagar 41 millones de dólares anuales.

¿O qué cree? ¿que la población de Qatar va aflojar el bolsillo?
A Messi le van a pagar de la venta de playeras, de souvenirs, transmisiones de televisón a las que atendemos y ¿porqué no? de las ocasiones en las que compartimos posturas del PSG en las redes sociales.

Para muestra un botón, la mañana del jueves en este lado del mundo, se daba a conocer en la misma revista Forbes, que ya se habían vendido 160 millones de playeras del París St Germain con el número ’30’ en la espalda y el apellido Messi.

Un cálculo veloz y aventurado pone cada pieza en algo de …¿cien dólares le gustan? Vámonos bajo, ochenta. Tenemos 128 millones de dólares, como quien dice, el sueldo del jugador los siguientes dos años, y hasta para más, salió en dos días.

Pero uno de los renglones que más me entretiene es aquél que dice ‘el deportista profesional se debe al público’ Luego de casi orinarme de la risa me fluyó la idea. El atleta de paga se debe a él mismo. ¿O qué? esos miles que salieron a gastar en su playera de Lionel Messi con su nuevo equipo fueron obligados?

¿Alguien los amenazó? ¿alguien les dio un ultimátum de vida o muerte para que salieran a adquirirla? No damas y caballeros, se llama voluntad propia. Es como cuando se toma la controversial decisión de beber cerveza de menos calorías o mayor concentrada cada fin de semana en el Oxxo…o el Modelorama.

El modelo del borrego
Pero ¿es en serio? ¿en realidad necesitamos tanto tener ídolos? Bendito seamos los que aún tenemos el derecho de gastar nuestro dinero como mejor nos plazca, pero mirar a los parisinos atestar las tiendas por un playera de veras me aterra.

Vitoreamos figuras deportivas, artísticas y políticas. Las redes sociales, los recientes veinte años, nos hacen sentir que podemos tener un diálogo y se han dado casos. Pero en general, lo más patético de nuestra sociedad es que ellos, como decimos en Sonora, ‘ni en el mundo nos hacen’

Nos enloquecen y enajenan los llamados ‘youtubers’, o ‘influencers’, los de más seguidores en redes sociales pero en muchos casos no nos aportan absolutamente nada. ¿Y cóm olvidar los ‘reallity shows’?

Nuestra necesidad de ídolos está…pues a mi juicio, medio descontrolada. Obvio que cada quien, como le decía renglones antes, se pueden meter su dinero por el sunfiate si le place, pero jamás deberíamos entablar rivalidades

Simplemente la población del mundo está ávida de héroes…y lo ha estado desde lo más recóndito de los primeros siglos de existencia. Guerras a causa de religiones, matanzas a nombre del dios que me quiera decir, ahorcamientos, castraciones, torturas y la barbaridad que me quiera platicar… quizá nos lo merecemos como la humanidad enajenada que somos.

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René Cárdenas Andrade ha sido reportero, editor y conductor en medios de comunicación desde 1991. Ha sido editor de la sección deportiva impresa en El Diario de Sonora, en Nogales, Sonora, por 23 años. Los últimos siete ha colborado en noticieros de radio de la empresa.