*TOMADO DE EL DIARIO DE SONORA

René Cárdenas Andrade

Este parece el año de los Cachorros.

Es una frase que se ha mencionado desde hace más de un siglo, o al menos desde 1945, su más reciente aparición en una serie mundial.

Que este año parecen tener todo lo que se requiere, también se ha mencionado antes y nomás las cosas no se han dado, por angas, o por mangas.

2016 parece tener todas las piezas, por no dejar hasta agregaron al utility Ben Zobrist, al derecho John Lackey, así como al jardinero Jayson Heyward.

Pero las cosas ni de charra serán simples, los Cachorros están en una de las divisiones más talentosas de las Mayores.

Si bien en el Oeste Diamondbacks, Padres, Dodgers y Gigantes apuntan para una pelea de leones, sin descartar a los Rockies, los Cachorros deben competir con Piratas de Pittsburgh y los eternamente complicados Cardenales de San Luis. Rojos y Cerveceros aún les falta.

Joe Maddon trata de llevar a los Cachorros a una serie mundial que se les niega hace siete décadas, ya lo hizo en 2008 cuando dirigía a esos siempre modestos Rays de Tampa Bay, ahora el talento se desborda en el equipo que comanda.

Potencia en la capital

Sin embargo no todo es lidiar con la división para los Cachorros, los Nacionales de Washington trata de acabar con una sequía de campeonatos en la capital de Estados Unidos que es de 92 años. Los Senadores derrotaron a los Gigantes de Nueva York en el clásico de otoño de 1924 para el cetro más reciente en la capital de Estados Unidos en lo que a Grandes Ligas se refiere.

Por cierto, esa franquicia es conocida hoy como los Mellizos de Minnesota, que jugaron en Washington de 1901 a 1960. De 1961 a 1971 también hubo equipo, hoy son los Rangers de Texas.

Los Nacionales trajeron de vuelta a una caseta a Dusty Baker para reemplazar a Matt Williams en un equipo cuyo cuerpo de lanzadores cuenta con uno de los mejores de las Mayores, como es el derecho Max Scherzer.

El equipo amaneció el lunes con la mejor marca de las Mayores (14-4, medio juego por encima de los Cachorros), pero claro, es temprano para que se diga que alguien dio un diagnóstico. Aún esperan que Michal Taylor llene el lugar dejado por Denard Span, que Wilson Ramos sea el bateador que se promete hace años y que Daniel Murphy le suene a la catota como lo hizo con los Mets de Nueva York. Muchas gracias.

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