
SAN JUAN, PR
Venezuela critica el haber sido eliminado con sólo una derrota
Después de dos años consecutivos de Series del Caribe decididos antes del último partido—incluyendo el 2012 en Santo Domigo, donde los anfitriones Leones del Escogido aseguraron el título faltando dos días para terminar el torneo—se
cambió el formato para incluir juegos de muerte súbita en nuevas rondas semifinal y final.
Desde Hermosillo 2013, el nuevo sistema ha producido muchas emociones. En particular, la final de ese año de 18 entradas produjo una gran celebración para la afición local, que vio una victoria de su país cuando los Yaquis de Obregón derrotaron al mismo Escogido de la República Dominicana.
Y en Isla de Margarita 2014, los dominicanos fueron dejados en el terreno en la ronda semifinal cuando los Naranjeros de Hermosillo, rumbo al título, vencieron a los Tigres del Licey.
Con la derrota de los Caribes de Anzoátegui, primer lugar invicto de la ronda regular de San Juan 2015, se aseguró que por tercer año seguido—es decir, desde que se implementó el actual formato—el mejor equipo de la primera fase no sería el campeón.
Cuando un equipo que termina con 1-3 (Pinar del Río, Cuba) en una primera fase le gana a otro con 4-0 en un partido de vida o muerte, surge inevitablemente la siguiente interrogante: ¿Es un sistema justo?
Al ponérsele el tema, fue bien diplomático el dirigente de los Caribes, Omar López, después de la eliminación de la representación venezolana.
“Eso es algo que no está en mis manos, ni está en las manos de los peloteros tampoco”, dijo el Manager del Año 2014-15 en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. “Esto es prácticamente igual a que cuando nosotros terminamos en Venezuela con el primer lugar con 39 victorias y el 2 de enero (para los playoffs) estábamos comenzando de cero; ya no valían nada las 39 victorias”.
A mi juicio, la diferencia que se ve claramente entre lo señalado por López y la situación aquí es que en el round robin venezolano o un sistema de series de playoffs, se termina premiando al equipo que jugó mejor a lo largo de unos días o unas semanas. Y es insólito el argumento de que lo sucedido en esta Serie del Caribe es similar a un comodín ganando la Serie Mundial.
Los Gigantes de San Francisco tuvieron récord de 88-74 en la temporada regular del 2014, antes de arrasar en los playoffs y conquistar el Clásico de Otoño en siete juegos. De hecho, los comodines campeones de la Serie Mundial han ganado la siguiente cantidad de partidos temporada regular: 92 (Marlins, 1997), 99 (Angelinos, 2002), 91 (Marlins, 2003), 98 (Medias Rojas, 2004), 90 (Cardenales, 2011) y 88 (Gigantes del año pasado).
Esos récords no se parecen en nada al de un equipo que haya ganado apenas una tercera parte de sus partidos.
Entiendo la difícil posición en que se encontraba la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe hace tres años. Las críticas sobre el formato del todos contra todos de seis días eran bien fuertes. Y tengo que reconocer que los juegos de muerte súbita, además de la participación de equipos cubanos, le han brindado más emociones y más intriga al evento. En ese sentido, creo que la Serie del Caribe ha acertado.
Sin embargo, me duele ver que los equipos que hayan sobresalido en la fase regular de cualquier torneo se vean obligados a jugárselo todo contra escuadras de menor destaque. A lo mejor es una actitud que no va acorde con los tiempos modernos.
MLB





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